
La regla de las 3C
Desde NACE hemos creado, para detectarlo de una manera sencilla, la regla de las 3C:Cambios Ahora pasan cosas que antes no pasaban: Bajada de notas, pérdida o deterioro frecuente del material escolar, cambio de itinerario para ir al colegio, desinterés por salir o relacionarse, pérdida de amigos, señales en el cuerpo (moratones, arañazos…) o en la ropa (descosidos, falta de botones, extravío de prendas…), irritabilidad o mal humor en casa (protesta, no hay quien lo aguante…), llanto aparentemente injustificado…


Campanas: No quiere ir al colegio, presenta el síndrome del “domingo por la tarde”, que no es otra cosa que la somatización de la angustia y del miedo (dolor de cabeza o de estómago, náuseas…) La intensidad de estos síntomas suele ser proporcional al tiempo que llevan padeciendo la situación, y se convierte en claro indicador de la gravedad del acoso escolar que está sufriendo la persona.

Cuerpo: El cuerpo no miente. El niño se encoge, mira al suelo, quiere pasar desapercibido, se asusta fácilmente ante cualquier gesto, pierde la alegría y el brillo de los ojos… Puede también presentar trastornos de la alimentación (anorexia, bulimia) y también autolesiones (cortes en brazos y piernas) Hay que prestar especial atención a los chicos que llevan manga larga, incluso cuando hace calor)
Cuantas más “C” observemos en el comportamiento de los chicos, más probabilidades hay de que estén sufriendo acoso escolar o cualquier otro tipo de maltrato. Cuanto más tiempo pase sufriendo acoso escolar, peores consecuencias puede haber; por eso es importante la detección temprana, saberlo lo antes posible para acabar con el acoso y minimizar las secuelas en la persona que lo padece (estrés postraumático, fobia social, depresión, etc…) Una vez detectado que nuestro hijo sufre o puede estar sufriendo acoso escolar, ¿qué hacer?… ¡No te pierdas nuestra próxima entrega!
Texto de: Javier Pérez y Carmen Cabestany